Bueno, vamos a ir retomando el blog de una vez, si os parece. Iba a ponerme en enero, pero entre el bajón post-vacacional, el Blue Monday, la cuesta... ya me estaba dando un poco de miedo tocar el blog por si se autodestruía, o empezaba a escribir de repente como Juan Manuel de Prada, o alguna catástrofe similar. Además, a nivel personal, han pasado también algunas cosillas que hacen de enero un mes para olvidar. Febrero es otro rollo; es un mes más corto, tiene los carnavales...es un mes que, de entrada, nos cae bien.
Espero que no os moleste que vuelva a escribir tan tarde, porque entonces no quiero ni pensar
cómo os vais a poner cuando sepáis que encima vengo a autopromocionarme. ¡Si es que los seguidores de este blog tiene el cielo ganado! Pero bueno, yo aun así lo hago, que para eso es mi blog, coñe. Y que no quiero yo privaros del placer de seguir el pequeño proyecto en el que me he metido estos días, y que llevaba tiempo maquinando. Podéis encontrarlo aquí. Es un canal de Youtube que he creado especialmente para hablar de cuentos. ¿Y por qué de cuentos, Ana? ¿Por qué no de botas blancas y tirantes transparentes, de comer algas, de de dibujar Capillas Sixtinas en las uñas...de cosas que tengan futuro, vaya? Pues, en primer lugar, porque no domino ninguna de las artes anteriores; en segundo, porque los cuentos son más especiales para mí; y más allá de todo esto, por afición, para entretener(me), y porque soy muy fan de autodenominarme cuentista de profesión.
cómo os vais a poner cuando sepáis que encima vengo a autopromocionarme. ¡Si es que los seguidores de este blog tiene el cielo ganado! Pero bueno, yo aun así lo hago, que para eso es mi blog, coñe. Y que no quiero yo privaros del placer de seguir el pequeño proyecto en el que me he metido estos días, y que llevaba tiempo maquinando. Podéis encontrarlo aquí. Es un canal de Youtube que he creado especialmente para hablar de cuentos. ¿Y por qué de cuentos, Ana? ¿Por qué no de botas blancas y tirantes transparentes, de comer algas, de de dibujar Capillas Sixtinas en las uñas...de cosas que tengan futuro, vaya? Pues, en primer lugar, porque no domino ninguna de las artes anteriores; en segundo, porque los cuentos son más especiales para mí; y más allá de todo esto, por afición, para entretener(me), y porque soy muy fan de autodenominarme cuentista de profesión.
Cuando era pequeña, me gustaban las películas de animación, y las de Disney las que más, por supuesto. Pero yo siempre tuve claro que ésas no eran las mismas historias que salían en mis cuentos, o que me contaban mis padres. Las que yo conocía eran un poco diferentes, un poco más...salvajes, o realistas, y tenían detalles que las películas u otras versiones edulcoradas no contenían. Más adelante, en la adolescencia, empecé a sentir mucha curiosidad por la dimensión psicológica de los cuentos y a entender la complejidad de los personajes, por qué había tantas versiones, la importancia del contexto histórico donde se enmarcaba cada cuento...y entonces me gustaron aún más. De los cuentos clásicos pasé a otros menos conocidos, de otras culturas, de diferentes estilos, menos populares y más literarios...y aún a día de hoy, creo que el cuento es mi forma de narración favorita.
Un buen día tuve una epifanía y decidí compartir mis sabios conocimientos con vosotros, creando vídeos explicativos (y muy cutres, de momento). Mi plan es subir un vídeo cada lunes dedicado a un cuento, ya sea para contarlo, analizarlo, hablar de ello... Así que si tenéis ganas de escuchar mi voz de mezzosoprano ligera (sobre todo en el primer vídeo, donde tenía un buen trancazo) y ver de qué va el tema, ya sabéis. Como mínimo, os echaréis unas risas oyéndome hacer voces de ogro o de ruso cabreado.
¡Que lo disfrutéis tanto como yo!
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